En una extensa entrevista con el diario Sport de Barcelona, Lionel Messi volvió a repasar algunos capítulos de su carrera y se detuvo especialmente en su paso por el Paris Saint-Germain. En un tono relajado y sin resentimientos, el capitán argentino reflexionó: “Parece que París fue un infierno y tampoco fue así”. La charla se produjo en un momento particular, cuando el medio catalán se prepara para premiarlo como el jugador más querido en la historia del club azulgrana.
El rosarino admitió que aquella etapa no fue sencilla desde lo futbolístico. “Cuando digo que no la pasé bien es porque no me sentía bien en lo que hacía, en lo que me gusta: jugar al fútbol, entrenar, competir. No fue por una lesión, simplemente no me sentía yo”, explicó. Sin embargo, aclaró que esa incomodidad profesional no se trasladó a su vida personal ni familiar.
“Tuvimos una experiencia muy buena como familia. Era la primera vez que salíamos de Barcelona y todo era nuevo para nosotros. La ciudad es espectacular y la disfrutamos mucho”, contó el “10”, quien resaltó que París significó una etapa de transición tras su inesperada salida del Barcelona. Pese al contraste, aseguró que con el tiempo aprendió a valorar lo vivido.
Una etapa con enseñanzas y nuevos comienzos
Messi reconoció que el desarraigo influyó en su adaptación, pero que hoy puede mirar esa experiencia con otra perspectiva. “Fue muy difícil porque todo era diferente, pero ahora, viéndolo con distancia, me dejó muchas cosas positivas”, afirmó.
Ya instalado en el Inter Miami, el capitán argentino dice haber encontrado la estabilidad que necesitaba. “Acá estamos bien, disfrutamos de la ciudad, del día a día. Es una vida muy similar a la que tenía en Castelldefels, con el club cerca, el colegio de los chicos muy cerquita y todo a mano”, señaló. Una frase que marca el contraste entre aquella etapa turbulenta y el presente sereno de quien volvió a sentirse feliz dentro y fuera de la cancha.